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Este verano no solo está siendo atípico por la persistencia de la COVID: el mes de julio ha sido especialmente fresco en Euskadi y nos ha dejado varios días de lluvia que nos han complicado muchos planes al aire libre, entre otros, las salidas al monte.
Como nunca podemos tener una certeza absoluta sobre buen tiempo para hacer una escapada a la montaña, conviene que tengas en cuenta algunos consejos básicos para afrontar la lluvia en el monte, una tormenta o cualquier otro tipo de incidencia durante tu trayecto.
La meteorología en montaña es muy imprevisible, sobre todo durante los meses de verano, el periodo en el que más calor hace y hay más posibilidades de que se desate una tormenta, aunque también de que se nos eche encima un manto de niebla o las temperaturas se desplomen. Estos fenómenos se desatan con mucha rapidez y hay ocasiones en las que no nos damos cuenta hasta que los tenemos prácticamente encima.
Por eso es importantísimo planificar al detalle nuestras escapadas al monte y tener en cuenta algunos consejos para evitar sorpresas desagradables.
Consejos generales que debes tener en cuenta para disfrutar una jornada en el monte con total seguridad
- Si eres una persona aficionada a la montaña siempre es conveniente federarte en algún club porque, además de participar de actividades colectivas, recibirás información valiosa sobre rutas, consejos, etc., y dispondrás de elementos de seguridad y coberturas adicionales.
- Aunque resulte una obviedad, antes de salir al monte tienes que consultar las predicciones meteorológicas de Euskalmet, llevar a cabo una minuciosa planificación del itinerario previsto y de rutas alternativas, y elegir un material adecuado y en buen estado: en muchas ocasiones, una buena equipación puede evitarte situaciones muy desagradables.
- Procura siempre salir en compañía de otra persona e informa de tus planes sobre todo, de tu ruta y horarios previstos, a alguna persona que pueda estar pendiente de que todo va bien.
- Nunca peques de exceso de confianza, ni sobrevalores tu capacidad, experiencia y forma física porque puede ser el detonante de problemas mayores.
- Si ves una situación que entraña un riesgo, ¿por qué correrlo? Durante tus salidas al monte procura ser “segurolas”, no corras riesgos innecesarios y lleva siempre bebida y comida de temporada, un botiquín básico, ropa de repuesto, un silbato, una brújula y un mapa.
- Haz de la tecnología tu aliada: llévate tu Smartphone con la batería llena y un power bank cargado, activa el GPS e instala la App 112 SOS Deiak. Tal y como recuerda el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, en caso de emergencia estas herramientas pueden facilitar tu geolocalización.
- Y, sobre todo, mantén la calma, es el principio básico ante cualquier situación de emergencia: tener la cabeza despejada te ayudará a ordenar tus prioridades, a dosificar tus esfuerzos y a ver con más claridad los pasos que debes dar.
Qué hacer si nos vemos en medio de una tormenta y sin refugio
Estos son los consejos generales que debes tener en cuenta cuando hagas una escapada por la montaña. Pero en caso de que te veas en medio de una tormenta y no encuentres un refugio o una cueva en las que guarecerte, debes prestar atención a estas normas específicas:
- Pierde altura para evitar las cimas y las crestas.
- Evita situarte bajo árboles aislados porque pueden atraer descargas eléctricas y rayos.
- Aléjate de las zonas de agua como ríos o arroyos, y procura desplazarte con calma, especialmente si tienes el cuerpo y la ropa húmedos.
- Durante la tormenta mantén apagados los aparatos electrónicos para evitar que se conviertan en polos de atracción de la electricidad.
- Deja en el suelo los objetos metálicos como piolets o bastones.
- Mantén cierta distancia con el resto de miembros del grupo.
- En casos extremos, de tormenta eléctrica violenta, colócate en cuclillas sobre un objeto aislante y mantén los pies suspendidos en el aire sin contacto con el suelo.
Todos estos consejos te ayudarán a aprovechar tus rutas por la montaña de forma segura para que únicamente tengas que preocuparte de disfrutar de la naturaleza, incluso aunque te sorprenda una tormenta.