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Los recuerdos de la semana pasada en las VI Jornadas Kutxabank de Montaña y Aventura aún se agolpan en nuestras mentes. Los aprendizajes, las emociones que nos mantenían atrapados en las butacas. La admiración hacia esos aventureros que han tenido el valor de perseguir sus sueños y pasiones.
Antes de cada jornada, Ramón Portilla pululaba entre bastidores, nervioso, tratando de controlar que sus invitados se sintieran cómodos y de que los asistentes disfrutaramos de las mejores historias. De tal manera, las pruebas de sonido con videoclips de Mecano se sucedían unas detrás de otras, los conserjes y amigos ayudaban colocando carteles, llevando algún refrigerio a los ponentes, mientras los curisosos aprovechaban para disfrutar de las obras de Félix Ayuso que decoraban el zaguán de entrada al auditorio.
Aún tenemos el vello erizado con las emociones más fuertes que ha podido tener jamás el ser humano: el miedo, y la consiguiente temeridad que han permitido a tres valientes, Carlos, Darío y Armando , saltar al vacío con un traje de alas sin titubear; pero también el amor más intenso que ha sentido un hombre por una montaña, el amor que sintió Ramón por el Laila Peak a lo largo de cinco duros años antes de conquistar su cumbre y su corazón.
Nunca comprendimos mejor el alma de un escalador, su pasión por las paredes escarpadas y llenas de grietas, por la altura que presenta el mayor desafío pero también las vistas más privilegiadas. Jamás se mostró con tanto arte esta pasión, ni con tanto mimo, todo ello gracias a la maestría del polifacético Félix Ayuso.
Pero es que además pudimos viajar a los confines del mundo: desde Pakistán a Groenlandia, pasando por nuestra geografía más abrupta. Ramón, Chemari, y Álvaro nos confesaron sus momentos más duros pero también de los que se sienten más orgullosos. Nos regalaron sus mayores logros pero también sus peores derrotas.
Y además estos “piratas de roca” compartieron sus filosofías de vida, sus formas tan distintas de enfrentarse a la montaña. Carlos, Sebastián y Adam nos obsequiaron con las lecciones que la piedra les ha imprimido en la piel y que les ha contruído tal y como son ahora, héroes humildes con ganas de enseñar a los demás.
Si queréis revivir todos estos inolvidables momentos no dejéis de ver este vídeo. ¡Ya estamos deseando que lleguen las Jornadas del año que viene!