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En LandK nos gustan las historias de superación personal. Y en la paraescalada abundan. Por ello hoy queremos rendir un pequeño homenaje a todos esos escaladores que, a pesar de sus discapacidades, siguen superándose cada día y dándolo todo en la roca y los plafones.
Son capaces de hacer sombra a grandes campeones como Adam Ondra, Mina Markovic o Chris Sharma. Quizá no os suenen sus nombres, pero hacen enmudecer al público en los campeonatos de escalada tanto o más que las grandes estrellas de la escalada. Algunos son invidentes, otros amputados de brazos o piernas, pero todo son campeones en afán de superación y espectáculo deportivo.
La paraescalada es una modalidad que cuenta cada año con más federados a nivel internacional. Entre sus miembros destaca entre otros, por sus logros deportivos, Urko Carmona, quien con una pierna amputada (por un accidente de tráfico cuando tenía 16 años) es capaz de encadenar vías de octavo grado. Todo un ejemplo a seguir.
Motivación, esfuerzo y superación
Pero no es el único, Juan Pipo Gil, Juan Antonio Bellido, Paula de la Calle, Ricardo Pérez y Raúl Simón son otros internacionales destacados en la competición internacional. Aunque lo importante de la paraescalada no es, ni mucho menos, la competición (solo el sitio donde se hace más visible un colectivo hasta ahora poco conocido).
Todos los paraescaladores, sin excepción alguna, hacen gala de una motivación, esfuerzo, superación, habilidad, fuerza y destreza sin parangón; pero es cierto que la categorías de invidentes asombra especialmente al público. Coordinación y concentración extrema se aúnan en esta modalidad en la que solo con el tacto y la intuición (y las instrucciones de los guías) los deportistas son capaces de subir vías de extrema dificultad.
Desde estas líneas expresamos nuestra más sincera admiración a todos los paraescaladores que nos demuestran que con esfuerzo siempre es posible alcanzar los objetivos.