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Ir al monte en Euskadi no es solo una escapada a la naturaleza. Las montañas vascas albergan una importante carga de historias y personajes mitológicos. Debido a peculiaridades históricas este elemento cultural del pueblo vasco llena de encanto y misticismo el abrupto terreno de la región. Diosas, gigantes y señores del bosque poblaron, según la mitología vasca, montes como Anboto y Aitzgorri.
La diosa Mari es sin duda la figura en torno a la cual gira este conjunto de mitos, la líder de todos los demás personajes mitológicos. Representa la personificación femenina de la tierra y reina de la naturaleza. Se asemeja a diosas de otros pueblos matriarcales de Europa. En función del lugar, se asocia su nombre con el de montes concretos: la Dama del Anboto (en dicho monte se encuentra la famosa cueva de Mari), la Dama de Aralar, de Muru, Mari de Txindoki.
Mari es muy severa con la injusticia pues es la diosa de la honradez. Castiga a los arrogantes y a los que no cumplen con su palabra, mienten o roban. La llegada de Mari se anuncia con tormenta. Aunque sus representaciones varían en función de la zona, suele ser una mujer hermosa. Vive bajo tierra y sale a la superficie a través de cuevas y simas. Aunque tampoco hay unanimidad, parece ser que iba trasladando su residencia. Parece innegable que Anboto, con la ya mencionada cueva de Mari, fue una de ellas; así como Txindoki. Entrar en su morada sin ser castigado solo es posible con su consentimiento. Eso sí, luego hay que cumplir unas normas como tutearla, no sentarse en su presencia y no darle la espalda. Diferentes leyendas relacionadas con Mari abundan en los pueblos vascos. Ir al monte y hablar con los lugareños es la mejor forma de conocerlas todas.
Otros de los personajes mitológicos de los montes y bosques vascos es el Basajaun, el señor de los bosques. Se trata de un gigante con mucho pelo y larga cabellera que mora en las profundidades del bosque. Tiene un pie similar al de un humano y el otro como una pezuña. A pesar de su aspecto imponente, la mayor preocupación de Basajaun es la protección de la naturaleza y de los rebaños, a los cuales salvaguarda de tormentas y lobos. Una vez más, hay diferentes versiones de este personaje en función de la zona, desde un ser malvado con fuerza y agilidad extraordinarias hasta un verdadero maestro en oficios como la herrería y la agricultura.
Pastores malvados de un solo ojo, sirenas seductoras y gigantes forzudos
En los montes vascos siempre ha abundado el pastoreo, por lo que es natural que haya un personaje mitológico dedicado a esta actividad. Es el caso de Tartalo, un cíclope maligno con un solo ojo en la cara cuya principal actividad es el pastoreo. Este monstruo secuestraba a jóvenes y se los comía, por lo que había un gran respeto hacía él. De una de las leyendas que se cuentan sobre él, en concreto en la zona de Ordizia, viene la expresión popular “Tartalo, bertan jan eta bertan lo” (donde come, ahí se queda dormido, gracias a lo cual, dicen, un joven que había quedado atrapado en su morada pudo escapar después de que Tartalo se comiese a su amigo y se quedase dormido).
Lamia, un seductor personaje mitad mujer mitad animal que peina su larga cabellera con un peine de oro; los Jentiles, hombres gigantescos y salvajes de fuerza descomunal que lanzaban piedras a grandes distancias; Akerbeltz, un macho cabrío negro que protege a los animales… La mitología vasca es prolífica en este tipo de personajes, muchas veces, debido a la orografía de Euskadi, vinculados a montes y bosques. Este artículo no puede recoger todos. Además, como comentamos, las versiones varían en función de zonas y pueblos. No obstante, el descubrimiento de las diferentes leyendas puede convertirse en un muy buen aliciente para salir a a conocer los montes vascos, o hacerlo con otra mirada que nos traslade a un mundo diferente.