- Expediciones
- No hay comentarios
• Ayer regresaron al Campamento Base para descansar dos o tres días antes de intentar el asalto definitivo a la cumbre, que supondrá permanecer en torno a 12 jornadas ininterrumpidas colgados de la pared
• El Campo 2 está equipado con cuerda y hamacas para poder pernoctar en estilo cápsula, y se sitúa en el punto más alto que Iñurrategi, Vallejo y Zabalza alcanzaron en su anterior intento de coronar el Paiju por esta vía
• Juan Vallejo: “No tenemos ni idea de los que nos deparará todo el mundo de roca vertical que aún tenemos sobre nuestras cabezas, pero a buen seguro que grandes dosis de emoción y alpinismo verdadero”
14 de julio de 2014.- La fase de preparativos ha finalizado y esta semana llegará la hora de la verdad: los tres integrantes de la expedición WOPEAK concluyeron ayer la instalación del Campo 2, a 5.500 metros de altura en la cara Sur del Paiju Peak, y regresaron a su Campamento Base para descansar dos o tres jornadas, antes de intentar el asalto definitivo a la cumbre.
Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, acompañados por el cámara David Maeztu, han permanecido tres jornad as fuera de la relativa comodidad del Campamento Base para concluir una tarea imprescindible para abordar su objetivo: instalar el Campo 2 a 5.500 metros –la máxima altura alcanzada en su anterior intento de coronar el Paiju por esta vía-, y dotarla con cuerdas, hamacas y el resto del material que utilizarán en el ascenso.
La expedición abandonó el jueves el Campamento Base, a 3.300 metros de altitud, para alcanzar el Campo 1, que quedó instalado la pasada semana 1.800 metros más arriba. A pesar del buen tiempo y del sol reinante, el estado de la pared, afectada por fuertes nevadas los días precedentes, no había mejorado gran cosa, sino todo lo contrario, y durante el viernes y el sábado tuvieron que estar muy atentos a la caída de peligrosos bloques de hielo que comenzaban a deshacerse con los rayos del sol.
La jornada de ayer fue más satisfactoria: aunque se inició muy temprano (en torno a las dos de la madrugada), apenas cinco horas de spués se hallaban ya en la cota de los 5.500, la altura máxima alcanzada en su anterior intento de coronar el Paiju Peak por esta vía inexplorada hasta la fecha. Tras fijar cuerdas para este primer tramo de 400 metros de ascenso –sobre un total de 1.600 de pared vertical que deberán superar para alcanzar su objetivo-, y dejar en el Campo 2 las hamacas y el resto del material que necesitarán para el ataque definitivo a la cumbre, Iñurrategi, Vallejo y Zabalza rapelaron hasta el Campo 1 y desde allí emprendieron al camino de regreso al Campamento Base, a donde llegaron ayer por la tarde.
De esta forma, todos los preparativos han quedado terminados y listos para el definitivo intento de ascensión. Tan sólo necesitarán dos o tres jornadas de descanso y a continuación un parte meteorológico que les permita iniciar la escalada. Hay que tener en cuenta que superar la gigantesca pared de la cara sur del Paiju les supondrá alrededor de 12 jornadas en los que permanecerán día y noche literalmente colgados de un muro de roca vertical, utilizando una técnica alpina conocida como “estilo cápsula”.
De regreso al Campamento Base, Juan Vallejo ha hecho llegar a través del correo electrónico unas líneas que describen las sensaciones de la expedición WOPEAK esta última fase de preparativos previos al asalto definitivo a la cumbre:
PAIJU, la atracción de lo desconocido (Por Juan Vallejo)
Ayer domingo día 13, dos semanas exactas después de llegar a nuestro Campamento Base, conseguíamos alcanzar los 5.500 metros del Campo 2, en la todavía inescalada pared sur del Paiju Peak. Es el punto máximo al que llegamos el año pasado, después de un mes largo y de no pocos esfuerzos, penurias y algún que otro susto. Y no precisamente porque este año se encuentre en mejores condiciones, que no lo está, ni porque estemos más fuertes, sino porque, en este tipo de expediciones, la información que en muchos casos es banalizada, a menudo se vuelve vital y puede (suele) ser la pequeña diferencia entre el triunfo y el fracaso.
A pesar de que las condiciones de la pared este año son peores, con mucho mas hielo en las fisuras, y a pesar de que nos haya costado bastante más esfuerzo escalar largos que abrimos el año pasado, transitar por terreno conocido te aporta una ventaja fundamental sobre el que lo hace por lugares nuevos o desconocidos, a lo que cada vez se le otorga menos valor en este mundo de alpinismos de consumo, donde los resultados inmediatos son lo único que cuenta.
Pero, a partir de aquí, toda esta supuesta ventaja se esfuma: volvemos a poner a cero el contador y nos volvemos a sumergir de nuevo en el terreno inexplorado. No tenemos ni idea de los que nos deparará todo el mundo de roca vertical que aún tenemos sobre nuestras cabezas, pero a buen seguro que grandes dosis de emoción y alpinismo verdadero, que es a la postre lo que nos mueve a intent ar este tipo de montañas.