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La montaña más alta del mundo no está en el Himalaya, ni fue escalada por primera vez por Edmund Hillary, ni mide 8.848 metros. La cumbre más elevada del planeta está en Hawái, mide 1.200 metros más que el Everest, y más de la mitad de su fisionomía permanece… sumergida.
Si al hablar de este tipo de montañas no existiese una coletilla que indicara “sobre el nivel del mar”, los libros de geografía dirían que el Mauna Kea es la más elevada del mundo. En total, tiene una altura superior a los 10.000 metros, pero solo algo más de 4.200 están “sobre el nivel del mar”. Se trata de uno de los cinco volcanes que componen la principal isla del Pacífico y los expertos creen que permanece extinguido desde hace 4.500 años. La población local venera los picos de la isla Grande de Hawái, y el Mauna Kea es el más sagrado de todos. Y, a pesar de ello, alberga uno de los observatorios astronómicos más importantes del mundo. En su parte más alta hay un total de 13 telescopios gestionados por más de una decena de países que alteran notablemente el privilegiado ecosistema de la zona.
Pero más allá de polémicas sobre su uso, lo realmente impresionante son sus dimensiones. Desde la base, situada en el lecho marino, hasta su extremo más alto el Mauna Kea mide más de 9,000 metros de altura, aunque la cifra exacta no se conoce con precisión. Se estima que oscila entre los 9.330 y los 9.966 metros, pero su altura sobre el nivel del mar sí que está clara: según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, mide 4.205 metros sobre el nivel del mar, y eso hace que su cumbre esté teñida de blanco durante el invierno. De hecho, su nombre en hawaiano significa “Montaña Blanca”.
El Mauna Kea se encuadra en la denominación genérica de montaña marina: con este nombre se designan a todas aquellas prominencias sumergidas que tienen una altura superior a los 1.000 metros desde su base. Se calcula que hay alrededor de 100.000 en nuestro planeta, la mayoría de ellas en el Océano Pacífico. Sin embargo, el llamado himalaya submarino, la mayor cordillera marina del mundo, se encuentra en el Atlántico. Es la Dorsal Atlántica, que se extiende desde Islandia hasta la Antártida recorriendo más de 20.000 kilómetros de los fondos marinos.
El origen de la mayoría de estas formaciones, como ocurre con el Mauna Kea, es volcánico, aunque algunas surgen a consecuencia de la fractura de los continentes o por la colisión y empuje de las placas continentales. Este último es el caso de las Montañas de Gorringe, en Portugal, una espectacular cordillera situada a 300 kilómetros de la costa portuguesa, que acoge cumbres con alturas superiores a los 5.000 metros de altura y alberga un paraíso de biodiversidad.
Esta cordillera, que fue descubierta en 1875 por el capitán del USS Gettysburg Henry Honeychurch Gorrinche, se encontraba unida a África y Europa hace millones de años y los expertos creen que nació al mismo tiempo que el Océano Atlántico, al final del Jurásico, aunque también sospechan que en algún momento de su historia fue una isla emergida.
Por cierto, una última curiosidad. El Everest es la montaña más alta del mundo si la medimos desde el nivel del mar. Sin embargo, si utilizamos como referencia de medición la base sobre la que se asienta (no submarina, se entiende), existe una montaña más alta: el Kilimanjaro, en Tanzania. Mientras el Everest mide desde su base 5.200 metros de altitud, la altura del Kilimanjaro supera los 5.600 metros.