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Iñigo Lariz y Antonio Alcalde imbatibles en la clasificación
Santiago Yaniz. Potes 16/03/201
Dos jornadas consecutivas de gloria meteorológica como los vividos en los Picos de Europa este fin de semana son el mejor regalo que la naturaleza puede ofrecer a un puñado de esquiadores. Un centenar de equipos han vivido esa gloria disputando una de las más duras convocatorias de los últimos años y el buen tiempo no le ha quitado ni un centímetro al desnivel, ni milímetros a los kilómetros, que debieron superar los esquiadores.
Se batieron el cobre cuesta arriba y cuesta abajo por las cimas del Macizo Central de los Picos, se enfrentaron a nieves durísimas pero sobre todo gozaron de buenas montañas de buena gente y de esquí bellísimo. Otros años la Régil ha sido un infierno, este año, su XXXIX Edición ha sido el cielo.
Un cielo que se llevarán en forma de Copa Andrés de Régil-Trofeo BBK los lebaniegos Ivan Cuesta y Diego Diaz, primeros con esa denominación de origen en la clasificación general y cuartos en términos absolutos. El debate entre la cuarentena de responsables del equipo técnico de la travesía ha sido breve pero intenso. Había otras candidaturas, pero la lebaniega, muy bien representada, y cada vez mejor, en esta prueba de esquí de montaña ha sido mayoritariamente aclamada. Porque es la tierra que acoge a la Régil, porque es un buen envoltorio para los Picos y porque desde cero los esquiadores del valle vienen formando comunidad y equipo de alto nivel, por supuesto fiel a la convocatoria de esta travesía veterana.
Que exista un vencedor absoluto en cosas de montaña es un absurdo; porque allí donde reina la incertidumbre, donde cuenta la meteorología tanto como las piernas de las personas, y donde el paisaje, variable cada día, condiciona el factor humano pensar que alguien compite sin circunstancias contra un enemigo sería un mal camino.
En eso está la Copa Andrés de Régil, donde vence la amistad y el buen rollo, donde la dificultad solo pone trabas para crecerse y donde quien es buen deportista y buena persona tiene la puerta siempre abierta. Por eso hoy la Copa Andrés de Régil-Trofeo BBK, el más preciado honor de esta prueba de esquí-alpinismo, se ha quedado en la tierra donde tuvo sus raíces hace ya muchos años: en el excelso valle de Liébana, corazón cántabro de los Picos de Europa.
Lebaniegos aparte han estado bastantes peñalaros, más castellanos y madrileños, muchos vascos, también asturianos.
Sábado, jornada brillante
Amanecían el sábado luces espectaculares alumbrando la Peña Remoña mientras en Fuente Dé una legión de esquiadores preparaba sus tablas con pieles de foca y embadurnaban de imprescindible crema para la travesía que les esperaba. Ninguna broma: casi una veintena de kilómetros y dos mil metros de desniveles para los más potentes, cerca de quince kilómetros para el recorrido corto. Todo según lo anunciado, con nieve dura en las primeras horas y así mantenida en las caras norte, transformada a primavera más adelante pero bien esquiable durante todo el recorrido.
Diez en punto: hora de salida. En pila, sobre todo de hombres, menos mujeres. Tres, dos uno… El primer repecho les llevaba estirándose a la Sierruca por un hilo de nieve rodeado de peñas y herbazales con la Peña Vieja custodiando todos sus movimientos. Bajando a Aliva la fila iba ya estirada y retomando las cuestas que miran a la Horcadina de Covarrobres aún más. Esos primeros trescientos metros de desnivel marcan las diferencias y ya les veíamos a algunos perdido el resuello al llegar bajo las bellísimas agujas de roca en el extremo de la Peña Vieja.
Los barrancos que llevan a Verónica veían dibujarse una fina hilera, a cada paso más estirada, sin dificultad y paso a paso camino de las alturas.
El Llambrión ha sido la primera dificultad seria. Lo habíamos dicho: helada en las nortes; tanto que subiendo esas pendientes había caídas, problemas, rotura de fijaciones y abandonos. El equipo más rápido estaba en ese control de cima para las once de la mañana. El sube y baja que les quedaba por Torre Blanca y Padiorna no era broma. La ventaja de los más rápidos era encontrar las mejores nieves que luego se iban haciendo pesadas para los más lentos. Por arriba se cerraban a las 12:20 horas los pasos para Torre Blanca. Pero para esa hora en Fuente Dé ya había gritos de meta.
El equipo número 1, que lleva ese número por ser el ganador del año anterior, integrado ahora por el vasco Iñigo Lariz emparejado provisionalmente con Antonio Alcalde por estar su compañero habitual lesionado, cruzaba una línea trazada sobre la nieve con vino de Rioja Alavesa, a solo 2 horas y diecisiete minutos de su salida; en ese tiempo corrieron casi 20 kilómetros y ascendieron cerca de dos mil metros de desnivel, como si fuesen en moto, a casi ocho kilómetros por hora. “Estaba serio por allá arriba”, decía Lariz, “me he visto con las manos por delante”. Se refería a las pendientes que suben hacia Llambrión, donde se les ha visto caer a varios equipos, entre ellos tres de los seis primeros con un altísimo nivel de esquí, lo que significa que la nieve se lo había puesto difícil porque estaba muy dura, pero aquí no se ponen cuchillas y los crampones se dejan para lo imposible con esquís.
Que el recorrido ha sido excepcionalmente duro explica los numerosos abandonos, no pocos por rotura de material; que la jornada era perfecta en los Picos bajo un cielo inmensamente azul permite asegurar que todos han disfrutado allá arriba, que la Regil durará aún muchos años y más cuando le queda solo uno para celebrar el cumpleaños cuarenta, todo un logro de veteranía.
Al sprint por la Sierruca
De la jornada del domingo se debe decir que los esquiadores han corrido mucho. Tanto como que era una prueba al sprint, en un circuito intenso por los lomos y canales de la Sierruca, esa colina elevada bajo la Peña Vieja sobre Fuente Dé. Una canal de subida, descenso, vuelta a subir con las tablas en la espalda, más bajada y a la carrera hasta meta. De nuevo han entrado los primeros el vasco Iñigo Lariz y el madrileño Antonio Alcalde, quienes han mantenido la primera plaza de la clasificación general.
Las vascas Izaskun Zubizarreta y Uxue Fraile han quedado como mejores senior femeninas y los vascos Aitor Otxoa y Joseba Ormazabal, primeros entre los veteranos.
No sabemos qué plan nos prepara la Régil para su cuarenta edición pero seguro que será algo interesante y para recordar, una fecha para marcar en el calendario de la historia del esquí de montaña, el que ahora llamamos esquí-alpinismo en su faceta más competitiva y también en los acontecimientos de los Picos de Europa y sus valles.
El Trofeo BBK sigue teniendo valor humano y esta vez se queda en la Liébana de los Picos, en manos de un equipo de personas.
Un traslado en helicóptero y pequeñas asistencias
Pese a las duras y exigentes condiciones del recorrido no ha habido asistencias médicas de relevancia. Sólo una luxación de hombro producida en los momentos previos a la salida por un tropezón fortuito de un esquiador aconsejaba su traslado al valle en el helicóptero de la Guardia Civil presente en Fuente Dé. Los médicos de la prueba atendieron además algún rasguño leve ocasionado en las caídas pero nada serio que destacar.