- Aventura y Montaña
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El mundo de la montaña sufrió el pasado año una de sus pérdidas más notables: Royal Robbins, uno de los escaladores de pared vertical más influyentes de la historia, falleció el pasado 14 de marzo tras protagonizar una carrera ligada al valle de Yosemite desde mediados del siglo pasado.
Robbins descubrió su pasión por la escalada durante una excursión a ese Parque Nacional con tan solo 15 años. Desde entonces, su nombre ha estado vinculado con las grandes gestas de big wall y con una concepción novedosa sobre la preservación de la roca, mediante la escalada limpia y en libre.
A finales de la década de los 50, el escalador californiano comenzó a tachar de la lista un gran número de paredes verticales que permanecían vírgenes en el valle, pero no fue hasta 1957 cuando protagonizó su primera gran ascensión: la de la cara Noroeste del Half Dome, junto a Jerry Gallwas y Mike Sherrick. Se trataba de una roca icónica que, tal y como escribió el propio Robbins en su blog, a pesar de que hoy la ascienden los escaladores varias veces al día, en aquellos tiempos fue “el zenit” de la escalada big Wall. Los tres aventureros necesitaron dos intentos para vencer los 1.440 metros de desnivel desde la base del valle.
Aquella fue la gesta más sonora de la que sería una intensa actividad como escalador del famoso Camp 4 de Yosemite, que se prolongaría durante la década de los 60. Primero repitió el ascenso por The Nose, que a la vez fue la primera escalada continua de la vía de referencia de El Capitan. Tras el ascenso, que celebró con champán en la cumbre, eliminó todos los pitones hechos a mano por su compañero Yvon Chouinard, como muestra de la filosofía que ambos promovieron y compartieron.
Un año después se embarcó junto con Tom Frost y Chuck Pratt en la escalada de grado VI más dura del mundo, en aquel momento: la primera subida por la pared Salathé, también en El Capitan, y sus 900 metros. Los tres lo hicieron, tal y como recuerda Duane Raleigh, en estilo semi alpino con solo 13 tornillos, el recuento más bajo que se ha realizado en este pico norteamericano.
Pero Robbins también tuvo tiempo para realizar varias incursiones en los Alpes. Concretamente, en 1962, se embarcó en una expedición para abrir la American Direct al Aiguille du Dru, en el Mont Blanc, que él mismo consideró la mejor ruta que había hecho en condiciones alpinas. Pero con la salvedad de esta aventura y alguna más en las Rocosas canadienses y en Alaska, Yosemite era su hogar, y fue abriendo vías que se han convertido en clásicas de este deporte en el Half Dome y El Capitan.
Pasaron varios años antes de que Robbins realizara junto a su mujer, Liz, la histórica primera ascensión al Nutcracker, en Yosemite. Aunque en la actualidad se le considera un clásico del valle, en 1967 fue la primera gran ascensión “protegida” que se realizaba en los Estados Unidos, y marcó el nacimiento de la “escalada limpia” en ese país. Un artículo publicado por Doug Robinson cinco años después popularizaría este tipo de escalada, que empleaba empotradores y algún anclaje fijo en una técnica impensable en aquellos momentos. Un año después protagonizaría en solitario otra ascensión histórica, otra vez a El Capitan, por la vía de la pared Muir.
Pero la faceta de escalador de Robbins no podría entenderse sin la presencia de Warren Harding, un rebelde y polémico competidor con el que mantuvo una tensa relación deportiva. Su rivalidad provocó que las gestas de uno fueran inmediatamente superadas por el otro en una especie de juego que se inició con The Nose y tuvo su colofón en la pared Early Morning Light. Warren había abierto esta última vía por primera vez utilizando un gran número de anclajes que, un año después, Robbins comenzó a destruir como muestra de su apuesta por la escalada limpia. Sin embargo, desistió de su empeño al comprobar la dureza y dificultad de aquella vía y terminó confesando su admiración por el que era su archienemigo.
Su faceta como escalador estuvo complementada con la de kayakista, escritor y… empresario. Porque mientras su compañero de cordada Yvon Chouinard fundó la marca de ropa deportiva Patagonia y Douglas Thompson hizo lo mismo con The North Face, Robbins creó una marca de escalada con su mismo nombre que hoy continúa comercializando prendas de ropa de montaña.
Su espíritu aventurero le llevó a rebelarse contra los problemas articulares que le obligaron a alejarse de la escalada, e inició un periplo como kayakista de aguas bravas en el que también destacó.
Royal Robbins falleció en su California natal el pasado 14 de marzo a los 82 años de edad, tras haber dejado su nombre escrito en la historia del valle de Yosemite.