- Aventura y Montaña
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La leyenda Walter Bonatti nació justo cuando estuvo a punto de morir. Ocurrió una noche de julio de 1954 en el K-2.
Bonatti (Bérgamo, 1930) tenía 24 años y formaba parte de una expedición italiana que quería conquistar la segunda montaña más alta del mundo (8.611 metros). Era el más joven de una especie de dream team del montañismo italiano. Se lo había ganado con grandes hazañas, algunas de ellas con un equipamiento pobre incluso por entonces. Con 21 años, junto a Luciano Ghigo, escaló la cara este del Grand Capucin, un pináculo de granito rojo en el macizo del Mont Blanc.
Para entender la época hay que recordar que en esos años los países europeos competían por ser los primeros en ascender las cimas más altas del Himalaya. Era una cuestión de honor en la que el orgullo nacional estaba en juego. Italia había perdido la Segunda Guerra Mundial y los periódicos transalpinos necesitaban hazañas para levantar el ánimo.
Y en esas estaban Bonatti y el porteador Amir Mehdi cargando en el momento decisivo botellas de oxígeno hacia el campo más alto del K-2 para ayudar al equipo. 19 kilos a las espaldas cada uno. Llegaron al punto convenido, a 8.100 metros de altitud, y no encontraron a nadie. Según contó Bonatti después, no dieron con las tiendas porque dos compañeros, Achille Compagnoni y Lino Lacedelli, habían montado el campo más arriba para que él, mucho más fuerte y técnico, no pudiera acompañarles hasta la cima.
Bonatti y el porteador pasaron la noche a la interperie. Todavía cuesta saber cómo sobrevivieron. Mehdi perdió todos los dedos. Bonatti salió indemne. Por la mañana Compagnoni y Lacedelli recogieron las botellas de oxígeno que Bonatti y el sherpa habían dejado en la nieve y coronaron el K-2.
Esa noche cambió a Bonatti. Nacía la leyenda.
El montañero regresó a Italia y contó su versión. Pocos le creyeron. Bonatti dejó de formar parte de grandes expediciones y decidió que la verdadera aventura consiste en abrir nuevas rutas, escalar nuevos picos y hacerlo en solitario. Entre sus grandes hazañas destacan la cima en solitario del Pilar Suroeste del Dru en 1955, la primera ascensión del Gasherbrum IV (1958) y la solitaria invernal en 1965 de la cara norte del Cervino.
Se retiró con 35 años. El resto de su vida lo dedicó a la escritura. En 2004, medio siglo después de aquella noche en el K-2, Lacedelli, que había alcanzado la cumbre con Compagnoni, rompía su silencio con el libro K-2: El precio de la conquista. Tenía mucho de confesión. Bonatti no había mentido. Sus compañeros se la habían jugado.
Walter Bonatti falleció en 2011 en Roma de cáncer de páncreas. Tenía 81 años. En su autobiografía Montañas de una vida dejó escrito: “Mis decepciones provienen de las personas, no de las montañas”.