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Son una amenaza para la biodiversidad de una región. De hecho, tras los desastres naturales causados por la mano del hombre son el mayor peligro al que se expone un hábitat natural. Hablamos de las especies invasoras. ¿Te suena alguna? En Euskadi tenemos unas cuantas…
Su llegada suele ser fruto de la casualidad o de alguna negligencia. El problema es que se acaban convirtiendo en ese inquilino que no se marcha nunca. Se expanden y conquistan un territorio que no es el suyo, y lo hacen a costa de las especies autóctonas. El daño infringido al ecosistema local no es el único, la economía y los agricultores, entre otros, también se resienten…Este caso nos recuerda al de la inadecuada reforestación llevada a cabo en nuestro territorio con pino y eucalipto.
En Euskadi se estima que existen, por lo menos, 478 especies invasoras de flora, y medio centenar de fauna. Seguro que de esta última te suenan algunas como la avispa asiática y el mejillón cebra. De la primera y de su impacto negativo en la población local de abejas se ha hablado mucho los últimos años. Lo peor de todo es que muchas veces los gobiernos regionales, diputaciones provinciales y organismos municipales no saben cómo poner freno a su avance…
El visón americano, el bambú japonés, el cangrejo americano y el pitósporo (Pittosporum tobira), planta originaria de la zona del Mar de China que es muy utilizado en setos por toda la zona costera del País Vasco, son otros ejemplos. Precisamente el próximo sábado 21 de mayo la Fundación Lurgaia va a llevar a cabo una jornada de voluntariado ambiental en Getxo para el control de esta última especie invasora. No será la única, ni el único área de actuación; en lo que a la restauración de los bosques autóctonos del País Vasco ya os hemos hablado de alguna iniciativa. ¿Te acuerdas?
Impacto económico millonario
Como decíamos, el impacto de este tipo de especies invasoras tiene repercusión directa en la economía. El Gobierno vasco, por ejemplo, invierte un millón de euros al año en el control solo en algunas de ellas. La UE, por su parte, cuantifica en 12.000 millones de euros al año los graves impactos ambientales que causan. Y es que estos varían mucho en función de la especie de la que estemos hablando. Además, muchas veces solo tienen sentido acciones “manuales” como la que va a llevar a cabo Lurgaia este fin de semana.
En el caso mencionado de la avispa asiática, por ejemplo, las acciones se limitan a la destrucción de nidos y a atrapar ejemplares de reinas. Esta avispa llegada de China a Francia (se cree que a través de un barco con alfarería) e introducida través de Gipuzkoa en 2010 es un verdadero quebradero de cabeza para los apicultores locales.
El caso del visón americano, por su parte, parte de su uso en la industria peletera a finales del siglo pasado. Sueltas y fugas hicieron que esto animales acabasen con casi la totalidad de la población de visón europeo en Euskadi, que actualmente se encuentra en peligro de extinción.
Otro caso sonado es el del mejillón cebra. Proviene de los mares Negro y Caspio y penetró en nuestro terreno a través del Ebro hace una década. El Nervión ha sido una de sus muchas conquistas. El principal problema asociado en este caso es que tapona las tuberías y afecta a la calidad del agua. Todavía no se sabe cómo erradicarlo.
El plumero de la Pampa es ya un clásico. Seguro que lo has visto en alguna cuneta o en algún humedal. A mucha gente le parece bonito, y ni siquiera sabe que es una especie invasora. Se reproducen a un ritmo vertiginoso y ya ha colonizado zonas de gran valor ambiental de Bizkaia y Gipuzkoa. Una vez más, todavía no se ha podido erradicar. Hasta la más mínima ayuda cuenta. ¡Anímate a unirte a iniciativas locales como la de la Fundación Lurgaia y aporta tu granito de arena! 🙂