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El alpinista vasco Alex Txikon nos atiende vía teléfono satelital desde los 4.300 metros del campo base del Nanga Parbat (8.126 metros). Él junto con los 6 restantes miembros de la expedición (el italiano Daniele Nardi, los iranís Mahmood Hashemi, Iraj Maani y Reza Bahadorani y los pakistanís Ali Sadpara y Muhammad Khan, este último no participará en el ataque a cumbre) aguardan la llegada de una ventana de buen tiempo para poder atacar la cima y convertirse en los primeros en hollar en invierno la cumbre de la novena montaña más alta del planeta y conocida como “montaña asesina” . No en vano una veintena de expediciones han fracasado en el mismo intento desde 1989, lo que le mantiene, junto al K2, en los únicos ochomiles que no han podido ser ascendidos en época invernal. Alex nos reconoce que no reina un optimismo desmedido en el grupo. Tensa calma.
¿Cómo estáis de motivación?
Bueno, no podemos ser todo lo optimistas que nos gustaría. El viernes haremos ya 15 días parados y la verdad es que se hace duro. Cabe recordar que al campo base llegamos hace un mes y tras las rotaciones en la montaña de las dos primeras semanas en las que equipamos la ruta hasta los 6.700 metros de altura y depositamos material y comida en los diferentes campos, ha llegado el parón que nos mantiene aquí anclados. Además, las dos últimas noches ha nevado mucho, yo calculo que unos 60 o 70 centímetros.
¿Qué previsiones tenéis? ¿Cuándo esperáis poder salir a atacar cumbre?
Esperamos poder salir cuanto antes. No obstante, estamos a expensas de la llegada de una ventana de buen tiempo suficientemente amplia. Calculamos que con dos o tres días de buen tiempo podría ser suficiente para hacer cima.
Doce horas de saco al día mientras esperan una ventana de buen tiempo para atacar cumbre
¿Cómo matáis el tiempo en el campo base?
La vida en el campo base es dura. A pesar de que la condiciones meteorológicas no han sido todo lo rigurosas que pueden ser en invierno en esta zona, tendremos unos cero grados en la tienda y no hay mucho que hacer. A pesar de ello, los días pasan rápido. Al final pasamos unas doce horas de saco al día. El resto es desayunar, leer un poco, comer, planificar…
Por lo menos contáis con conexión…
Eso tiene su parte buena y su parte mala. Al final uno viene aquí, entre otras cosas, para desconectar y disfrutar de estos increíbles paisajes. Estar todo el rato conectado acaba un poco con ese “encanto”. Si bien es cierto que también es muy útil para poder comunicarse con amigos y familia, mandar fotos a los patrocinadores…¡Aunque tampoco te creas que la conexión funciona muy bien!
Y la comida, creo que tenéis un buen cocinero en el equipo. ¿Cómo os arregláis?
Sí, Pello es un excelente cocinero pero aquí no es nada fácil cocinar. Al final tiras de leche en polvo, huevos duros, chapati, algo de pasta, y sobre todo arroz, mucho arroz. Aunque hay que tener en cuenta que en el campo base estamos 15 personas y los días van pasando. Racionalizar bien la comida se torna imprescindible.
Escoltados en el campo base
Me consta que, debido al ataque terrorista a unos montañeros en 2013, estáis con escolta. ¿Habéis pasado miedo? ¿Cómo habéis encontrado la zona?
Miedo no. De hecho es probable que ahora sea la zona más segura de Pakistán. Desde luego a ellos les interesa fomentar que venga más gente y eso pasa por transmitir seguridad en la zona. Aunque es verdad que tenemos 7 policías al lado de la tienda todo el rato, lo cual es la primera vez que me ocurre en las once veces que he estado en Pakistán, pero la verdad es que nos tratan muy bien.
Habéis subido ya hasta el c3 (6.700 metros), ¿qué sensaciones has tenido?
Por una parte está claro que esta esta zona de la vertiente del Diamir es muy bonita, espectacular. Respecto a la ascensión, y sin entrar en tecnicismos, salvo algunos momentos puntuales hemos tenido todo bastante controlado. Podría afirmarse que gran parte del trabajo y lo más técnico está ya listo; no en vano, se trata de la cota más alta jamás alcanzada en el Nanga invernal y por la ruta Kinshofer (un terreno técnico completamente vertical), lo cual nos llena de satisfacción.
¿Cuál es tu principal preocupación?
Pues después del “paquetón” que ha caído los últimos días puede estar muy cargado de nieve allí arriba. No sabemos cómo nos lo vamos a encontrar. En esas alturas cualquier imprevisto puede ser fatal.
¿Cómo valoras el hecho de que subáis un grupo grande, en concreto seis personas?
Si remamos todos a la vez y vamos bien coordinados, debería ser más una ventaja que un inconveniente.
¿Habrá cima?
Prefiero no hacer pronósticos. Todavía queda mucho. Vamos a ser pacientes y avanzar por metas pequeñas.