- Aventura y Montaña
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Correr por la montaña. Eso es, con algunos pequeños matices (se puede considerar cualquier trayecto “fuera de pista” aunque no sea exactamente montaña) el tan de moda trail running. Una actividad dura y exigente física y mentalmente, pero sin duda muy gratificante por el contacto con la naturaleza y los bellos paisajes que recorren quienes lo practican. Pero, ¿cualquiera puede practicar este deporte? Lo cierto es que hay que tener en cuenta algunas cuestiones que vamos a intentar explicar a continuación.
En primer lugar, el trail running se diferencia de su primo el running por el entorno en el que se practica. Las constantes subidas y bajadas implican un alto esfuerzo y desgaste físico. Es por lo tanto fundamental asegurarse de que nuestro estado físico es óptimo antes de iniciarse en esta práctica. Tanto antes, como durante, como después, en el trail running y en cualquier deporte, es primordial saber escuchar a nuestro cuerpo.
La importancia del terreno
El entorno va a condicionar en gran medida el desarrollo de la actividad. Bajadas, subidas, barro, rocas…Por ello es importante desarrollar una técnica de carrera que nos permita adaptarnos al terreno y evitar así lesiones, así como mantener un alto grado de concentración por lo irregular e imprevisible del mismo. Por otra parte, aunque este deporte se desarrolla principalmente en la montaña y seguramente tu progresión te irá pidiendo más exigencia, actúa con mesura y no empieces directamente a entrenar a grandes alturas. Como todo en la vida, sentido común, poco a poco.
El tiempo y el material
Como en cualquier otra actividad al aire libre, el factor meteorológico juega un papel muy importante, aunque en el trail running más si cabe, debido a que en la montaña las inclemencias del tiempo pueden jugarnos malas pasadas. Infórmate siempre bien de la previsión meteorológica y te evitarás sustos. Calcula bien los tiempos para ajustarte a las horas de luz. Quedarte a oscuras en el monte no es lo mismo que en la ciudad. No olvides llevar el material adecuado al terreno y al tiempo (apunte especial para el calzado y a la recomendable posibilidad, siempre en función de nuestras metas, de llevar bastones para terrenos muy abruptos).
Estar localizado
Perderse en una ciudad o en un parque es complicado (aunque seguro que a más de uno ya le ha pasado), pero en el monte puede ser bastante más sencillo de lo que uno piensa a priori. A no ser que que nos conozcamos muy bien el camino o vayamos con alguien que lo haga, siempre es recomendable llevar un móvil, o incluso un GPS. El trail running ofrece la oportunidad de descubrir multitud de rutas nuevas, evitando así tediosas rutinas, estar localizado se torna por ello más importante. Aunque, dicho sea de paso, como en la montaña en general, siempre mejor ir acompañado que solo.
Hidratación y alimentación
Por último, aunque en cualquier deporte es clave la hidratación y la alimentación, en el trail running lo es más si cabe. Hay que tener en cuenta que, en función de nuestro nivel, es probable que estemos más de dos horas corriendo por el monte. No se trata de un polideportivo o un parque de ciudad, si nos deshidratamos o nos da una pájara solo contaremos con nuestra provisiones. Aparte de habernos hidratado y alimentado correctamente antes del entreno y después, es recomendable llevar (existen mochilas y cinturones específicamente diseñados) provisiones, eso sí, siempre teniendo en cuenta que ir ligeros de peso también es importante.
En resumen, no hemos dicho nada que no se pueda deducir con un poco de sentido común, pero de vez en cuando no está mal recordar ciertas cosas. Dicho esto, el trail running es un deporte capaz de generar sensaciones muy placenteras por el contacto con la naturaleza y por la satisfacción después de un alto grado de exigencia física y concentración. ¡Cuidado que también es adictivo!