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Euskadi es famosa en toda Europa por sus playas: tenemos más de 40 arenales reconocidos por su limpieza, sus servicios y por la calidad del agua. Pero la mayor parte de nuestra superficie está compuesta por bosques y montaña: casi medio millón de hectáreas, o lo que es lo mismo, el 68% del total de nuestro territorio. Y esa enorme extensión esconde rutas mágicas para recorrer en verano a pie, en bicicleta y hasta en barco. Son planes perfectos para disfrutar de la naturaleza en la mejor época del año para hacerlo. Estas son algunas de ellas:
Ruta por Besaide.
Besaide es una cima situada entre el Udalaitz y el Anboto que, a pesar de su altura, 550 metros, siempre ha ejercido una atracción especial para los mendizales, quizá porque es el punto de intersección de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, o porque en lo alto hay un monumento de piedra con una campana en recuerdo a los montañeros fallecidos. Sus vistas son alucinantes, pero todo el mundo destaca el largo cordal del Duranguesado, con la cara norte del Anboto como máximo exponente, que se parece, según dice la leyenda, al ser mitológico Mari en posición de descanso. El acceso más conocido es el que se hace a pie desde Arrazola, Elorrio, el Puerto de Kanpazar, o desde la zona de Arrasate.
Ruta por el monte Kalamua.
Este es uno de los lugares más increíbles para poder disfrutar del paisaje en estado puro a través de una ruta a pie de 1 hora. El Kalamua, o el Max, es un monte de más de 750 metros que se levanta en Eibar y la ruta parte del alto de Ixua, desde donde arranca una zona señalizada con marcas rojas y blancas. Al llegar a la zona Usartza, donde hay un restaurante, debemos tomar la pista de tierra que está señalizada con un cartel; dejamos el barranco de Urko a nuestra izquierda, atravesamos un pinar y enfilamos hacia el collado, que es la parte más empinada del recorrido. Esta ruta está indicada para personas con un mínimo de preparación física, aunque el tramo final del ascenso es más duro. Pero las vistas que hay desde lo alto hacen que el esfuerzo merezca la pena.
Ruta en bici desde Landa al pantano de Ullíbarri-Gamboa.
Es un clásico de las rutas en bicicleta, y por eso nunca pasa de moda. Los expertos aconsejan salir desde el parking de Landa y, aunque no tiene dificultad técnica, hay un par de rampas en la zona alta del embalse que obliga a levantarse del sillín. El recorrido es una gozada: discurre a lo largo del perímetro del embalse con la salvedad de una pasarela y varios tramos de bosque. Por cierto, como el verano ya ha llegado, hay que aprovechar el buen tiempo para darse un chapuzón por la zona de Garaio, a la que se llega pasando un puente flotante. El recorrido continúa por una zona de pista forestal, y llega a la zona de Nanclares de Gamboa para empezar el repecho de la zona alta para disfrutar de una vista general del embalse. Ésta no será la única rampa del camino porque justo después hay que poner pie en tierra y subir otro repecho andando, pero el esfuerzo merece la pena porque a continuación se llega a una de las zonas más bonitas y divertidas. El resto es coser y cantar.
Ruta del bosque de Oma.
El Bosque Pintado de Oma es una de las zonas más emblemáticas de Urdabiai, pero tiene un atractivo mucho mayor que limitarse a ver la obra de Agustín Ibarrola. Se puede hacer una ruta circular a través de un sendero súper sencillo que pasa por el pequeño barrio de Oma y que se puede recorrer en un par de horas. Con solo andar tres kilómetros desde el aparcamiento se pueden conocer dos valles preciosos que merece la pena visitar.
Ruta del Flysch por Zumaia.
Es una de las rutas más alucinantes que tenemos, y su paisaje es espectacular: por algo fue elegido como uno de los escenarios de Juego de Tronos. Se puede hacer a pie o en barco, pero como más se disfruta es haciendo senderismo. Los espectaculares acantilados de esta parte de la costa guipuzcoana esconden un tesoro natural esculpido por el mar a lo largo de más de 50 millones de años. La excusión marítima deja al descubierto estas espectaculares composiciones geológicas, pero como realmente se disfrutan es con un trekking costero.
Y si ya conoces estas rutas o quieres descubrir nuevos recorridos, puedes visitar algunas de las vías verdes de Euskadi más espectaculares y divertidas.