- Amigos,Expediciones
- No hay comentarios
Completar los 14 ochomiles en la setentena está al alcance de muy pocos (en realidad, de momento, de nadie). Una de esas excepciones de la Naturaleza es Carlos Soria, alpinista español de 77 años que se encuentra actualmente en una expedición en el Himalaya con el peligroso Annapurna (8.091 metros) como objetivo.
Por si fuera poco, en cuanto corone dicha cima se irá directo al Dhaulagiri, otro ochomil (en concreto 8.167 metros), y el anteúltimo que le queda para completar los catorce (el último sería el Sisha Pangma). Para quien piense en la jubilación como algo sedentario, que sepa que el bueno de Carlos lleva hollados diez picos de más de ocho kilómetros desde que cumplió 60. En total, acumula ya más de 50 expediciones. Si completa su gesta tendrá, desde luego, un hueco entre otros mitos del alpinismo.
Con semejante historial es normal que este hombre, menudo pero muy fuerte, sea toda una eminencia en el Himalaya. Gran conocedor de la montaña en general y de Nepal en particular, solo le inquietan las avalanchas de seracs. La palabra fracaso ni la contempla, pues para él la montaña es un disfrute en sí misma.
Es evidente que mantener su estado de forma a su edad conlleva ciertos rigores de entrenamiento. Su tensión arterial y capacidad cardiorrespiratoria no dan muestras de deterioro, su punto débil son unas rodillas y lumbares tocadas por años de monte y trabajo físico. Por ello una parte importante de los entrenamientos diarios va destinada a fortalecer piernas y rodillas.
Enamorado de Nepal
Carlos es un tipo seguro de sí mismo y optimista. El Annapurna ya se le ha resistido alguna vez, pero antes de salir de viaje a Nepal, en febrero, dijo: “Creo que este años vamos a tener suerte”, aunque sabe de sobra que el reto no es sencillo: “Son dos montañas bastante complicadas, sobre todo el Annapurna, pero vamos a intentarlo como siempre, con muchas ganas”, aseguró también.
En la cumbre dice que lo que piensa es en bajar. Hasta que llega al campo base no considera cumplido el objetivo. Además, dice que al volver de una expedición lo que más le apetece es andar en bici y una buena paella. Eso sí, siempre se trae un pedacito de Nepal con él, de hecho su vínculo con el país asiático es tal que tiene una ONG llamada Ayuda Directa Himalaya con la que construye escuelas para niños en pueblos perdidos.
Si todo va como a él le gustaría debería coronar el Annapurna entre el 8 y el 15 de abril. Si cumplen este timing tendrían opciones de ir a por el Dhaulagiri. Le deseamos toda la suerte del mundo a Carlos Soria. ¡Todo un ejemplo de superación y pasión por la montaña!