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Con cierta pena porque cada vez queda menos, hemos cruzado ya el ecuador de este último tramo de travesía.
Dejando atrás el camping donde dormimos anteayer, en el pequeño pueblecito de Arles Sur Tech, ayer 8 de agosto, alcanzamos las inmediaciones de Las Illes, muy cerca ya de la carretera que comunica La Junquera con Le Boulou, pasando por el fronterizo collado de Le Perthus.
Hoy, día 9, hemos iniciado la jornada transitando por una pequeña carretera cargada de historia triste: fue la vía que usaron miles de personas desplazadas por la guerra, que huían hacia Francia ante la inminente llegada de las tropas franquistas, cuya victoria final era ya inevitable.
Ayer, después de disfrutar de la espléndida cena de Anna, nuestra cocinera, dormimos en las tiendas de campaña sobre un prado que forma una frontera natural entre esa pequeña carretera, y el bosque que constituyó la última parte de la pasada jornada. Junto al prado, un pequeño mesón con aire de otros tiempos, nos sirvió de cobijo para esas pequeñas cosas -tales como una cerveza fría- que en actividades como ésta, no puede uno disfrutar todas las noches. “Els Trabucayres”, que así se llama el mesón, sirvió de hogar por una noche, a los presidentes Azaña, Aguirre y Companys cuando, como tantos otros, iniciaban su camino al exilio.
Hoy dormiremos en el filo de un cordal que se deshace en otros secundarios que irán perdiendo altura hasta hundirse en el Mediterráneo, que ayer pudimos divisar brevemente.